Si se pone usted mirando al cielo o cualquier superficie lisa es
posible que los vea pasar por delante de sus ojos. A veces tienen forma
de moscas, hilillos o manchas irregulares; y aunque en la
mayoría de los casos no suponen ningún problema, sí hay situaciones en
las que conviene consultar con el oculista.
Los puntos negros son pequeños 'grumos' que aparecen
en el vítreo, una solución transparente y acuosa que rellena el interior
de la cavidad del ojo. Con la edad, esa especie de gelatina
transparente puede ir teniendo opacidades e irregularidades (al perder
agua sus proteínas se condensan y pierden transparencia). Esto crea unas sombras dentro del ojo que producen esa sensación de moscas volando por delante de nuestras narices.
La edad es sólo uno de los factores de riesgo que predisponen a ver
'manchas negras' (se calcula que las padecen el 60% de las personas
mayores de 60 años), pero no el único ya que según los expertos los miopes o las personas operadas de cataratas también suelen ver moscas con más frecuencia
Aunque suele tratarse de un problema sin importancia los oftalmólogos sí
recomiendan acudir a la consulta cuando se acompañan de algunas
circunstancias, por ejemplo, si esos puntos han aparecido de repente, si van
acompañadas de luces o destellos, o si de repente aparece un 'telón'
negro que impide la visión en alguna zona del ojo.
El problema es que el vítreo está metido dentro de una especie de
bolsa unida a la cara interna de la cavidad del ojo (la retina) en
diversos puntos, por lo que si éste se desprende, no es extraño que
arrastre consigo algún fragmento de la retina. Con la edad, el vítreo se deteriora y va perdiendo agua,
por lo que al hacerse más pequeño es fácil que tire de la retina; por
este mismo motivo, los miopes ven puntos con más frecuencia, que tienen
un ojo más alargado que obliga al vítreo a cierta tensión.
Aún no existe tratamiento disponible ("ni pastillas, ni láser, ni gotas") y la mayoría de personas se acostumbran a convivir con el problema,
gracias a la ayuda del cerebro y a que muchos de estos puntos tienden a caer al fondo
del ojo y dejan de verse. En aquellos casos en los que el trastorno
puede suponer un verdadero problema psicológico para el paciente, que
puede llegar a obsesionarse, existe la posibilidad de recurrir a la
vitrectomía, un tipo de cirugía no exenta de riesgos que consiste en
sustituir el vítreo por un suero (que no tiene nada que ver con la
cirugía con láser que se utiliza para reparar los posibles desgarros que
el vítreo haya podido ocasionar en la retina al desprenderse).
Aunque los especialistas insisten en que en la mayoría de los casos
se trata de un problema sin importancia, los oftalmólogos sí recomiendan
hacer una buena revisión para descartar cualquier trastorno más grave
detrás de esos "puntos voladores".
Fuente: elmundo.es/María Valerio
No hay comentarios:
Publicar un comentario